CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Medio siglo después, Enriqueta Basilio, La Queta, repitió el ritual: se posó en lo alto de la escalinata, saludó con la antorcha a los cuatro puntos cardinales y, acto seguido, encendió el pebetero en el Estadio Olímpico Universitario, el fuego que simboliza la celebración de los Juegos Olímpicos México 68.
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