CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Estimados humanos, lectores de la presente: dos hechos hay que han sorprendido a la que firma: el primero, el profundo e intenso impacto que en su sentir ha producido la victoria de Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca; el segundo, el que muchos de ustedes estén viendo a dicho sujeto como a la serpiente en el Edén e incluso como a Lucifer, protagonista de la batalla que dizque tuvo lugar en el cielo. Su servidora cree que se equivocan. Considera que esos sentires se deben a su mala memoria o ausencia de la misma. Vean por qué.

Sorprendió y sigue sorprendiendo a esta servidora el que tantos de ustedes pensaran, por meses y muy buenas razones, que era impensable e imposible la elección de Trump para presidente de Estados Unidos, realidad que terminó por ser cierta históricamente, contradiciendo la opiniones, a veces indirectas y otras abiertas, de destacados líderes de opinión y escribas convencidos o al servicio de lo ya establecido, que veían y exponían –en los más diversos medios de comunicación, con suficientes argumentos bien cimentados– a dicho sujeto como un ser grotesco, ególatra, xenófobo, racista, iracundo, evasor de impuestos y machista.