La Cuauhtemiña

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Cuando Cuauhtémoc Blanco llegó a la presidencia municipal de Cuernavaca haciendo la pantomima de su famosa “cuauhtemiña” con la que festejaba cada gol, el Partido Social Demócrata (PSD) era el más feliz, pero también el gobernador Graco Ramírez, pues les alegraba la presencia circense del jugador de futbol improvisado como político.
Para el gobierno morelense y para la gente del PSD, la llegada de Blanco era una buena oportunidad para sacarle jugo a la figura popular del deportista, porque además de ser atractiva, su inexperiencia les prometía la posibilidad de manejar millones de pesos del presupuesto de la ciudad capital y utilizarla de manera electoralmente redituable entre la población.


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