BUZÓN DE APÓCRIFOS / CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Respetable lector de la presente: como a tantos de ustedes, a su servidor siempre le ha admirado y aterrorizado, entristecido y hasta enojado la inmensa capacidad de la criatura humana para joderse a sí misma y, sobre todo para joder a su prójimo.

Esa capacidad ha llevado al de la firma de la presente a ver a los hechos a imagen y semejanza de Dios, como uroboros, es decir, como una serpiente, siniestra y trágica, que se muerde la cola de manera constante, formando así un círculo de infinitas jodederas.