MÉXICO, D.F., 11 de febrero (proceso).- Es muy conocido el caso del delantero Omar Bravo, el segundo mejor goleador en la historia de las Chivas del Guadalajara, exhibido públicamente y de la peor manera al quejarse de que la directiva encabezada por el empresario Jorge Vergara Madrigal obstaculizaba su proyección internacional, cuando intentaba contratarse en el futbol de España.
Esto sucedió en agosto de 2006 al término del Mundial de Alemania. La respuesta no demoró. Aunque Bravo fue pieza fundamental en la conquista del título en el torneo Apertura de ese año, fue excluido de la escuadra y obligado por la directiva a entrenar con el equipo filial, el desaparecido Tapatío, entonces en la Primera A, de la división de ascenso.
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