“Mi hija no merecía morir, menos de esa forma”

CIUDAD DE MEXICO (apro).- La principal característica de Fabiola era su espontánea alegría, y quien justamente esa pasión por la fiesta la hizo ignorar las voces que esa noche del jueves 23 de febrero le pedían no salir, que le sugerían quedarse en su casa localizada en el municipio sinaloense de Culiacán.

Pese a las recomendaciones, Fabiola saldría con unas amigas al bar “El Pirata”, de donde ya no saldría con vida, una realidad que hoy ahoga en llanto e impotencia a su madre, doña Juana, quien con la garganta hecha nudo reclama que su hija no merecía morir, “menos de esa maldita forma”.



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