CIUDAD DE MÉXICO (apro).— En las elecciones del pasado 4 de junio pudo comprobarse que “nuestra democracia se está convirtiendo en la competencia por el voto de los pobres y hambrientos, a quienes siempre se les ha regateado lo que en derecho les corresponde”, afirma la arquidiócesis primada de México, a través de su semanario Desde la fe.
En su reciente edición, el semanario agrega que durante ese proceso electoral “pudo observarse la frenética e infatigable pasarela de funcionarios de la administración pública entregando tarjetas, beneficios o emolumentos en especie que podrían ser flagrantes delitos electorales”.
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