CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hasta abril pasado, todas las obras inauguradas o supervisadas personalmente por Enrique Peña Nieto, que fueron revisadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), contaban con observaciones por pagos injustificados, negligencias, faltas a la normatividad, materiales que no correspondían con las necesidades de obra y así, en todas, la marca de la corrupción, signo distintivo del sexenio.
El 22 de abril, Proceso publicó el listado de obras irregulares entre las que ya ocupaba un lugar destacado el Paso Exprés de Cuernavaca que, de ser una obra de resonancia regional, se volvió triste e indignantemente célebre por el hundimiento en el que perdieron la vida dos personas, aún pendiente de calcular el total del daño patrimonial.
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