GUADALAJARA, Jal. (proceso).- Desde hace más de dos meses las autoridades estatales contaban con claros indicios del reclutamiento forzado de jóvenes, que en su búsqueda de empleo eran convocados al municipio de Tala para asistir a una supuesta cita laboral, pero ese es el primer paso para obligarlos a ingresar en el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La respuesta del gobierno estatal fue tardía o no existió. El grupo criminal instaló dos campos de entrenamiento a menos de 60 kilómetros de la capital jalisciense sin que ninguna autoridad de los tres niveles actuara de inmediato.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí