Rius, el más leído, el entrañable

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En enero de este año, Eduardo Del Río, Rius, acudió a su homenaje en el museo El Estanquillo. Sabía que su cáncer había avanzado. Estaba triste, pero consciente del tránsito. Preocupado por el país, por la debacle del peñismo, por los desaparecidos, por el periodismo.
Sin tapujos, ahí anunció que estaba a punto de morir, que estaba cansado, pero emocionado por tener a tantos herederos y seguidores. El Estanquillo estaba abarrotado. Jóvenes y jóvenes seguidores que aún leen más a Rius que a Marx, que han conocido de historia de México, de América Latina y de Estados Unidos gracias a sus libros, que abandonaron el catolicismo por su influencia, que se burlan del autoritarismo encopetado y tricolor.


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