OAXACA, Oax. (apro).- El desastre natural ocurrido en el Istmo de Tehuantepec, que enlutó 78 hogares, dejó al descubierto la pobreza, pero también la incapacidad gubernamental, la falta de coordinación en la distribución de la ayuda humanitaria, el uso discrecional de los escasos recursos que han llegado a la zona y, sobre todo, la miseria humana reflejada en el oportunismo político.
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