CIUDAD DE MEXICO (apro).- Enclavado en una de las conurbaciones más grandes del mundo, el parque estatal Sierra de Guadalupe se ha convertido en un espacio de seguridad y naturaleza que contrasta con la dinámica de crecimiento urbano y de índices delictivos, tanto del Estado de México como de la capital del país.
Más aún, en los últimos 20 años en esta zona se ha desencadenado un agresivo crecimiento habitacional y comercial sin sustentabilidad con el medio ambiente, “fenómeno que ha estado aparejado con el crecimiento de los índices delictivos. Hace poco más de dos años, la delincuencia empezó a hacer mella entre los visitantes a esta área natural”.
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