CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Los descendientes de Carlos Hank González, El Profesor, el extinto líder del llamado Grupo Atlacomulco con el que se identifica al presidente Enrique Peña Nieto, consiguieron lo que ningún clan empresarial pudo en un solo sexenio: convertirse en uno de los principales constructores de obra, así como consolidar su presencia en los ramos energético, hotelero, del transporte y, por si fuera poco, convertirse en un gigante financiero.
El miércoles 25, el Grupo Financiero Interacciones, presidido por Carlos Hank Rhon, y el Grupo Financiero Banorte, a cargo de su hijo Carlos Hank González, emitieron sus respectivos comunicados para anunciar que habían celebrado un contrato marco de fusión. De aprobarse por sus respectivas asambleas de accionistas, así como de las autoridades regulatorias del sector, los Hank serán los banqueros mexicanos más poderosos del país.
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