MADRID (apro).— El presidente de Cataluña cesado, Carles Puigdemont, reconoció este martes que su permanencia en Bruselas pretende “internacionalizar” el proceso catalán como un “problema europeo”, desmintió que el propósito sea pedir asilo en Bélgica y aceptó como “un reto democrático” las elecciones que convocó el gobierno de Mariano Rajoy para el 21 de diciembre, en el marco de la intervención de esa comunidad autónoma, pero le pidió al Estado español garantías de que aceptará los resultados democráticamente.
“Respetamos el resultado de las elecciones del 21D como lo hemos hecho siempre sea cual sea el resultado. ¿Hará el Estado español lo mismo? Quiero un compromiso claro por parte del Estado. Es imprescindible saberlo porque si no, habrá dos tipos de votantes en Cataluña, los de primera y de segunda clase”, dijo en una multitudinaria rueda de prensa celebrada en el club de prensa de Bruselas, luego que el Ejecutivo belga le negara un espacio en el Residence Palace.
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