CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Olga Nayeli Sosa Romero tenía una sonrisa amplia y una cara redonda enmarcada por su cabello largo, negro y lacio. Su familia la recuerda como una mujer leal e inteligente, que siempre les impulsaba a conseguir sus metas.
La vida de Olga Nayeli terminó el 9 de junio de 2014. Su esposo Moisés la mató a golpes en su casa; luego cercenó el cuerpo en pedazos, subió los restos de Olga al coche y manejó una hora y media de la ciudad de Puebla hasta el municipio de Huaquechula, donde finalmente los roció con gasolina y les prendió fuego.
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