CUERNAVACA, Mor. (apro).- En los límites entre Cuernavaca y Temixco, en la colonia Lázaro Cárdenas de esta capital, Crispín Gaspar Cortés, acusado por el gobierno de Graco Ramírez de ser líder de una célula criminal, revira: “No soy delincuente, quiero que me demuestren que soy un criminal o que me expliquen por qué me achacan cosas”.
En un domicilio de esta localidad, el hombre de unos 60 años, sencillo, asegura que él se dedica a la compra-venta de autos usados y de terrenos. Sonríe cuando se le dice que lo acusan de ser parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG): “Imagínese, no anduviera así, ni anduviera aquí”, señala.
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