XALAPA, Ver. (apro).- Michelle Quevedo toma el retrato de su hermano Gerson recargado en el cirio de una iglesia. Gerson luce el pelo ondulado, camisa desabotonada, rostro pensativo. La fotografía de 12×16 es abrazada con fuerza por Michelle, quien estalla en llanto.
Es la misa de cuerpo presente para despedir a Gerson Quevedo, la onceava víctima identificada del narcocementerio de Colinas de Santa Fe, camposanto clandestino donde han sido encontrados 17 mil restos óseos. Y hasta hace unos días, uno más de los 553 cuerpos encontrados en distintas fosas de Veracruz y que permanecían sin identificar.
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