REQUIEBRE ELECTORAL

MÉXICO, D.F., 26 de mayo (proceso).- La cuerda se fue deshilvanando lentamente a golpe de mazazos. Lo que debería haber sido el punto de amarre de acuerdos, compromisos, recursos y programas exitosos, fue estrujándose hasta hacerse un hilo débil, apenas persistente, y tronó. El fracaso de la educación en el país, su obsolescencia o falta de modernidad y de calidad, empezó a dejar fracturas, cortes divergentes, desazón por todos lados, y multitudes de niños y jóvenes que en lugar de aprovechar lo que el sistema puede tener de bueno quedaron a la deriva. Esto ahora se ha convertido, casi de manera insospechada, en un creciente espacio de resistencia y de oposición hacia las políticas y los gobiernos que han envilecido el sector.
El hecho es que están manifestándose las más variadas formas de protesta y quedando al descubierto las carencias del sistema educativo nacional: desde las manifestaciones cada vez más frecuentes y radicales del magisterio, que ha exhibido como pocos las componendas entre la dirigencia del SNTE y el gobierno del PAN “””las que han llegado hasta el nivel de un pleito vergonzoso entre la lideresa de ese sindicato y la ahora candidata a la presidencia del PAN”””, hasta la contracción de los recursos públicos hacia las universidades que impulsó a las escuelas privadas e incrementó el número de estudiantes con la misma desesperanza frente a un mercado laboral incierto, al tiempo que, como nunca antes, millones de jóvenes han quedado en la cola del infortunio social.


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