CIUDAD DE MEXICO (apro).- Designado en un proceso cerrado, sin competencia alguna, sin deliberación pública y con un gabinete peñista fracturado, la precampaña de José Antonio Meade desperdició días esenciales para darse a conocer como un aspirante competitivo y, en el arranque de estos 20 días, ha incurrido en errores fundamentales.
Este análisis parte de la ortodoxia tradicional de la mercadotecnia político-electoral. Según los estrategas consultados, una campaña tiene tres fases importantes:
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