CIUDAD DE MEXICO (apro).- Ser gran maestro resulta una labor complicada, pero no más que, por ejemplo, llegar a tener un doctorado en alguna universidad de prestigio. El asunto es sencillo de entender en este ejemplo: la universidad tiene una serie de mecanismos que permiten a los estudiantes ir progresando a través de los años y eventualmente lograr el grado pasando un duro examen, entre otros requisitos. En el caso del ajedrez hay un problema extra: hay que ganarle a los adversarios. La diferencia es que aquí hay una competencia directa y esto hace la cosa más difícil, porque los triunfos de uno son los fracasos de otros.
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