CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Embarcado en el enfrentamiento con el panista Ricardo Anaya, al gobierno de Enrique Peña Nieto no le queda más que comprobar y desmantelar la estructura de lavado de dinero que presuntamente habría dejado millonarias ganancias al candidato presidencial de la coalición Por México al Frente.
De lo contrario, le habrá hecho el trabajo sucio para enfilarlo a la Presidencia de la República y garantizar así la prolongación de la alternancia PRI-PAN, modelo de gobierno impuesto desde el 2000 al que contribuyó Diego Fernández de Cevallos, ahora asesor de @RicardoAnayaC
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí