Ni con su “7 de 7” logra Meade darle color a su campaña

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Sin las multitudes tradicionales en los arranques de campaña de todos los candidatos presidenciales del PRI, en la primera semana de actividades el panorama para José Antonio Meade se ve poco promisorio: además de no provocar la atracción de grandes masas de simpatizantes, su partido no logra quitarse la losa de la corrupción, por lo cual sus aspirantes también están abajo en las nueve elecciones estatales.

Es tan pesada la historia de corrupción del PRI que, en la iconografía de la campaña de Meade sus estrategas de imagen, encabezados por Emilio Suárez Licona, Alejandra Sota y Alejandra Lagunes, decidieron que el logo del partido fuese muy pequeño, lo mismo que los del PVEM y el Panal, que cargan también expedientes de casos de corrupción y hasta de homicidios, como el del Niño Verde Jorge Emilio González, a quien se le involucró en la muerte de la búlgara Galina Chankova Chanev.



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