CIUDAD DE MEXICO (proceso).- La crisis de derechos humanos que arrastra México, que ha cobrado miles de víctimas desde 2006, cuando Felipe Calderón le declaró la guerra al narcotráfico, no aparece como uno de los temas torales en la retórica de los aspirantes a suceder a Enrique Peña Nieto, cuyo sexenio estuvo marcado por tragedias como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y de jóvenes en Papantla y Poza Rica, por las masacres de Tlatlaya, Tanhuato y Apatzingán, y operativos de represión, como en Nochixtlán.
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