Al borde del abismo

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A menos de dos meses de la elección presidencial y con José Antonio Meade­ –candidato de la coalición Todos por México, encabezada por el PRI– en un lejano tercer lugar en las encuestas, el presidente Enrique Peña Nieto decidió cambiar de dirigente nacional y apostar nuevamente por un experimentado político para sustituir a un tecnócrata.

Con la sustitución de Enrique Ochoa Reza por René Juárez en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Peña Nieto suma la quinta designación de dirigente de partido, si se considera que fue él quien impulsó a Humberto Moreira el 4 de marzo de 2011 a dicha posición, precisamente para que le pavimentara el camino a su candidatura. El primer cambio de dirigente lo tuvo que realizar obligado en diciembre de ese mismo año, cuando se destapó el escándalo de la deuda que Moreira había heredado a Coahuila, el estado que había gobernado precisamente hasta marzo de 2011, cuando renunció a la gubernatura, antes de concluir su mandato.


Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí