MÉXICO, D.F. 3 de septiembre (apro).- Las áreas aledañas al Palacio Nacional fueron acordonadas desde la tarde del domingo. El dispositivo de seguridad fue numeroso, implacable. En su sexto y último informe de gobierno, la seguridad del presidente Felipe Calderón, su familia y sus invitados especiales estuvo a salvo.
Rodeado de los suyos, el mensaje de hora y media de duración fue claro: A los ojos de Calderón, México ha cambiado para bien y es mejor, se transformó. Lo que salió mal, argumentó, fue por razones ajenas a su gobierno y los problemas que subsisten deben ser atendidos mediante la continuidad de sus acciones. Para ello, expresó su apoyo incondicional a Enrique Peña Nieto.
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