CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- A Alfredo Castillo Cervantes le estalló su más reciente escándalo en el tramo final de su administración al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade): un análisis de laboratorio practicado a la marchista María Guadalupe González, ganadora de una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016, arrojó un resultado adverso en una prueba antidopaje de rutina que se le practicó el 17 de octubre último.
Considerada una de las mayores esperanzas de México para ganar una presea en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la atleta recibió una suspensión provisional que pone en peligro su futuro deportivo, pues de ser hallada culpable será inhabilitada por cuatro años, como estipula el artículo 10.2.1 del Código Mundial Antidopaje, lo que la dejaría fuera de la justa de verano y marcaría el abrupto final de su sobresaliente carrera deportiva.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí