CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Pese a los cuestionamientos que Andrés Manuel López Obrador ha recibido por el hecho de impulsar una terna de candidatas afines a Morena –Yasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf y Celia Maya García– para suplir a la ministra Margarita Luna Ramos en la Suprema Corte, una vez que el Senado se decida por cualquiera de ellas el mandatario tendrá la fuerza suficiente para configurar un Poder Judicial más proclive al Ejecutivo. En otras palabras, lo convertirá en una especie de aduana constitucional para sus proyectos de gobierno.
Con la designación de la próxima ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que saldrá de entre sus aliadas en Morena y su proyecto de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador dará un paso más en la configuración de un Poder Judicial más cercano al Ejecutivo federal.
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