CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Sería un error de parte de la nueva fuerza gobernante hacer una cacería de brujas para ir en persecución penal contra exgobernantes. De la sed de venganza contra la corrupción no podría surgir justicia en su más alta acepción, sino una dura confrontación política que estorbaría finalmente la lucha contra el Estado corrupto.
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