TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- Presa en el penal de San Cristóbal de Las Casas desde agosto del año pasado, la joven mujer indígena, Francisca Flor de la Cruz Hernández, y su propia familia, señalan que fue víctima de tortura para “confesar” un crimen que no cometió: el de su sobrina, quien fue hallada muerta y con huellas de violencia sexual.
Erika del Rosario Cruz Hernández, de 15 años de edad, fue encontrada muerta el 8 de agosto del 2018, en la entrada de San Cristóbal de Las Casas.
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