CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La detención de Julian Assange, el fundador de Wikileaks, en la embajada de Ecuador en Londres y su probable extradición a Estados Unidos, provocó una avalancha de reacciones en sectores periodísticos, políticos y artísticos del planeta, desde Europa hasta Estados Unidos, pasando por China y América Latina.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) pidió a las autoridades británicas que “den prioridad a los principios de la libertad de expresión, la protección de las fuentes informativas y el papel del periodismo”, mientras que Christophe Deloire, secretario general de la organización, señaló que juzgar a Assange por las publicaciones de Wikileaks sería “una medida meramente punitiva”.
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