Pemex y Dos Bocas: Herida autoinfligida

 

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).– Sólo un mexicano mezquino quisiera que al presidente le fuera mal. Sólo alguien con el espíritu encogido podría desearlo. Andrés Manuel López Obrador tiene la oportunidad real de llevar a cabo transformaciones profundas y benéficas en un país que las necesita. Tiene todo para corregir errores, modificar políticas públicas, limpiar y fortalecer una institucionalidad fallida. Tiene todo para gobernar bien: apoyo popular, mandato para el cambio, mayorías legislativas, una oposición desacreditada, una población que lo sigue y lo admira. Y precisamente por ello preocupa tanto que cometa errores que reducirán su margen de maniobra; sorprende la improvisación en la que con frecuencia cae; asombra la cantidad creciente de heridas autoinfligidas.



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