CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) subestimó de manera sistemática sus ingresos, lo que le permitió gastar 1 billón 823 mil millones de pesos de manera discrecional, es decir, fuera del control y monitoreo de la Cámara de Diputados.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la mayor parte de este gasto discrecional se concentró en el opaco Ramo 23, que derrochó un billón 371 mil millones de pesos –un 81% más de lo presupuestado– en transferencias de recursos a estados y municipios.
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