BEIJING (apro).- Yang Jianli padeció torturas psicológicas, interrogatorios de 14 horas diarias y meses de aislamiento durante los cinco años que pasó en la cárcel, pero asegura que nada de eso es comparable a lo que sintió aquella madrugada del 3 al 4 de junio de 1989.
“Se acercaron cuatro tanques. El primero lanzó gases lacrimógenos. El segundo abrió fuego con ametralladoras. Y los dos últimos persiguieron a los estudiantes. Por las películas pensamos que los tanques son lentos, pero no lo son. Les pasaron por encima. Recogimos once cuerpos”, recuerda por teléfono desde Washington.
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