JUDITH AMADOR TELLO Y ARMANDO PONCE / CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Excesos en el gasto público, duplicidades tanto en lo laboral como en las convocatorias para becas, apoyo a empresas trasnacionales y nacionales que no impulsan el desarrollo y la soberanía científica y tecnológica de México, falta de recursos a proyectos de investigadores de instituciones públicas, precariedad laboral y la consabida fuga de cerebros.
Tal es la situación en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), heredada por años de neoliberalismo y corrupción, según el diagnóstico elaborado en seis meses por su directora María Elena Álvarez-Buylla, egresada de la licenciatura y maestría en ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctorada en la Universidad de California, en Berkeley.
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