Las guerras silenciosas del Sahel

NIAMEY (proceso).– Desde lo alto de los hoteles del centro de Niamey, la capital de Níger, se ve la ciudad con su flaco río como si fuera un Nacimiento. Allí abajo, sin agua potable y cortes de electricidad constantes, aplastada por un calor sofocante, la gente pasea indiferente entre soldados armados con ametralladoras y policías que simulan puestos de control. “Mejor no ponerlos nerviosos. Esto es el Sahel, tierra de miseria e inseguridad”, dice el taxista Hamidai,­ con mirada entristecida.

En su oficina en el centro de la ciudad, Mouslim Sini Mohamed también se debate entre la rabia y la resignación.



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