ROMA (apro).- En un acto sin precedentes, el barco humanitario de Sea Watch forzó este miércoles la política de puertos cerrados y entró en aguas italianas sin la autorización del gobierno, con 42 migrantes rescatados en el Mediterráneo hace dos semanas.
La capitana de la nave, la alemana Carola Rackete, explicó que la decisión se hizo necesaria tras las repetidas negativas de Italia a recibir –por 14 días continuados– a los migrantes, algunos de los cuales incluso amenazaron con suicidarse si no eran acogidos en Europa.
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