Energía limpia con prácticas turbias

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Un alegado acto de corrupción puso la mira en el primer proyecto de la reforma eléctrica en México. Lo que empezó como la demanda de una pequeña empresa mexicana contra una multinacional española ha pasado de un mero acto judicial a la intervención de la Cámara de Diputados para que la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) revisen la manera en que se construyó y opera en Coahuila el parque de energía solar más grande en el Continente Americano y el tercero en el mundo.

El campo energético fue subastado por el gobierno mexicano tras la reforma energética de 2015 y lo obtuvo Enel Green Power México (EGPM), filial del gigante italiano Enel Green Power, del Grupo Enel, dedicado a la producción de energías limpias en todo el mundo. Fue construido para venderle energía durante 15 años a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y obtener del gobierno de México, a lo largo de 20 años y a través de la CRE, certificados de energía limpia que se cotizan en el mercado.



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