CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En el auto de regreso a su casa desde el Museo Mural Diego Rivera en La Alameda –donde se presentó un catálogo del muralismo hecho entre México y China–, la artista Rina Lazo situó 1956 como la fecha en que Francisco Toledo se inició en el grabado, de la mano de Arturo García Bustos.
Este, discípulo a su vez de Frida Kahlo, fundó ese taller en la ciudad de Oaxaca, mientras a Rina, su esposa, le tocó crear el de pintura, entre varios que el INBA inauguró ese año, para que fueran impartidos a jóvenes preparatorianos por los recién egresados de la “La Esmeralda” de la Ciudad de México.
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