Marcela Turati
ACAXOCHITLÁN, HGO., 5 de enero (proceso).- Dicen que de la zangoloteada que les dio la federal los cerdos iban mareados; lastimados unos, muertos otros. Que la chilladera se escuchó desde las casas cercanas a la granja. Un taxista asegura que encontró un marrano estropeado, tirado a medio camino, y como aún respiraba lo escondió rápido en la cajuela.
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