MADRID (apro).- El clásico del fútbol español, Real Madrid–Barcelona, que quedó empatado a ceros, no estuvo exento de la política, ya que los independentistas catalanes querían hacer notar sus reivindicaciones aprovechando que el partido fue visto por unos 650 millones de espectadores en 180 países.
Tsunami Democràtic, la plataforma independentista sin dirigencia visible, que convocó a las movilizaciones durante el partido, reconoció a través de Twitter, que no consiguieron llevar a cabo la acción más importante que pretendían desarrollar durante el partido –la cual no fue develada—, por el control policial.
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