BOGOTÁ (apro).- Las condiciones objetivas están dadas para que México sea parte del paisaje de convulsión social que vive América Latina: es el país con más altos índices de pobreza en la región, después de Honduras (41.5% en 2018); la concentración de la riqueza en pocas manos es enorme, y la gente está harta de la corrupción.
Pero a diferencia de otros países del área, como Chile, Colombia y Ecuador, donde los ciudadanos exigen en protestas masivas la dimisión de sus gobernantes, en México la inconformidad social está lejos de llegar a las calles con ese grado de contundencia e indignación.
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