MÉXICO, D.F., 18 de enero (apro).- Esta semana, las pifias en que ha caído Enrique Peña Nieto han sido deleite de los tuiteros. El sarcasmo, burla e ingenio de los mexicanos acentuó los yerros de quien no sabe leer, no le gusta leer y es un ignorante en cuanto ha la historia de México se refiere.
Sin pretender restar importancia a los errores de Peña Nieto –sobre todo si recurre a la censura para que ningún medio de comunicación los eche al papel y en los electrónicos se elimine el video que mostró su pequeñez intelectual y política–, hay que poner el acento también en otros aspectos.
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