CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Las promesas de la Reforma Energética, implementada durante la administración de Enrique Peña Nieto, quedaron en letra muerta: entre 2013 y 2018 los indicadores financieros de Petróleos Mexicanos (Pemex) se desmoronaron, la producción de hidrocarburos cayó y prácticamente todas las filiales de la petrolera sufrieron pérdidas. Lo anterior, con sonados casos de corrupción en esa dependencia como trasfondo.
Pemex cerró 2018 con pérdidas patrimoniales de 1 billón 7 mil millones de pesos y una deuda de 2 billones 82 mil millones –85% más que en 2014–. La empresa “no fue líquida”, tuvo un endeudamiento por encima del saldo de sus activos totales y un capital contable negativo; “no fue rentable” e incluso presenta posibilidades de “quiebra”.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí