PUEBLA, Pue. (apro).- En el último adiós a Gardenia Ortega y su hija, Dulce Dayann, asesinadas en Acajete, los asistentes al sepelio soltaron globos blancos y gritaron al unísono: “¡Justicia, justicia, justicia!”.
Los familiares de las víctimas evitaron pronunciamientos durante el servicio fúnebre, pero días antes señalaron como principal sospechoso del doble feminicidio a un exnovio de Gardenia, quien –subrayaron– tenía un comportamiento violento y persecutor, y ya antes la había amenazado.
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