CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La destrucción, el pasado 16 de julio, de un tramo del acueducto del complejo hidráulico y arquitectónico Cerro de Tetzcotzinco –cuyos orígenes se remontan al antiguo señorío de los acolhuas, que alcanzó su máximo esplendor con el rey-poeta Nezahualcóyotl– puso en evidencia diversos problemas de conservación y manejo de la zona.
Por principio de cuentas, la falta de un proyecto de investigación y mantenimiento de todo el conjunto, conocido como Baños de Nezahualcóyotl, que impida su constante deterioro; seguida, además, de una diversidad de formas de propiedad, entre ellas la federal en la zona arqueológica delimitada y declarada como tal por decreto presidencial de 2002, y ejidal y comunitaria en sus alrededores.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí