CIUDAD DE MÉXICO (apro). – Año y medio después de anunciar que, por cada niño nacido en Bruselas, Bélgica, se plantaría un árbol en un país de desarrollo, este país, capital de la Unión Europea, aprobó la solicitud de la organización no gubernamental Corvia de activar un “buzón” para abandonar a recién nacidos de manera anónima.
“Nos felicitamos a nosotros mismos porque todos los niños merecen el derecho a un futuro”, indicó Mathilde Pelsers, colaboradora de Corvia, agrupación que buscó este aval del 21 de septiembre de 2017 cuando después de abrirlo, el exalcalde del distrito Pierre Muylle, les ordenó cerrarlo.
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