CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Más allá de los discursos, México sigue siendo un paraíso para la corrupción, pues entre 2016 y 2019 los sucesivos gobiernos sólo han investigado tres casos de cohecho internacional –los tres en 2018, entre ellos el caso Odebrecht–, pero hasta la fecha no han judicializado ni sancionado uno solo, observó la organización Transparencia Internacional.
La pasividad de las autoridades mexicanas ante los sobornos de compañías extranjeras es difícilmente explicable: en el mismo periodo, el gobierno de Estados Unidos investigó y castigó cuatro casos de corrupción perpetrados por empresas internacionales en México –como Odebrecht, la farmacéutica israelí Teva o la cementera Cemex–, de los cuales recuperó más de mil millones de dólares, de acuerdo con el informe “Exportando Corrupción 2020”.
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