ROMA (apro).- El obispo Felipe Arizmendi Esquivel (Chiltepec, 1940) se convertirá este fin de semana en el séptimo cardenal de México, y también será el primero nombrado por el Papa Francisco tras la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien –confesó el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas– aún no lo ha llamado para felicitarlo porque, como “es comprensible”, ahora tiene “otras prioridades, como la salud, la inseguridad y las lluvias en su natal Tabasco”.
Así lo señala el prelado en entrevista con Proceso, a menos de una semana de la ceremonia que el Papa celebrará en El Vaticano, junto con otros 12 nuevos cardenales.
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