MÉXICO, D.F. 12 de abril (apro).- Como cada primavera, cuando las fuerzas de Corea del Sur y Estados Unidos realizan ejercicios militares en la zona, la retórica belicista de Corea del Norte se enciende. Pero esta vez el régimen de Pyongyang ha ido inusitadamente lejos: se ha declarado en “estado de guerra” con su vecino del sur y ha amenazado atacar con misiles nucleares blancos estadunidenses y japoneses en el Pacífico.
La particular furia de los norcoreanos se debería según analistas de la BBC de Londres no sólo a que bajo su lógica ellos ven los ejercicios conjuntos de “sus enemigos” como potencialmente ofensivos, sino a la nueva serie de sanciones impuesta por Naciones Unidas después de su último ensayo nuclear en febrero. Para Corea del Norte, lo único que la hace internacionalmente respetable y la mantiene a salvo de un ataque externo son precisamente sus armas atómicas.
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