CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Contra toda esperanza deseo a todos un buen año. Mi pesimismo es fundado en hechos que no se dejan sobornar con espejitos; es una forma de realismo crítico respecto a hechos alarmantes que se dan en México, Estados Unidos y Argentina. En México la pandemia galopa matando a miles, en tanto el gobierno federal fantasea, suministra infundadas esperanzas. Vive tal gobierno en la “isla de la fantasía”, junto con las masas irredentas de arriba y abajo.
Isla color de rosa –no de apagado marrón– donde pocos afortunados medran, se divierten vacacionando o jugando a costa de tantos, donde se dora la píldora del fracaso en prácticamente todas las materias, donde se subestima la hecatombe de la pandemia, se da mal ejemplo y se lanza la engañosa idea de “misión cumplida” respecto a las vacunas –poquísimas aplicadas en contraste dramático con los países que han proporcionado datos–, provocando falsas expectativas y que se relajen las vitales medidas preventivas.
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